Toribio Alfonso de Mogrovejo nació en Mayorga, Castilla, España, el 16 de noviembre de 1538.
Estudió Derecho y Teología en Salamanca y Portugal. Siendo laico, por su virtud y sabiduría, en 1579 fue nombrado, por el Rey Felipe II y el Papa Gregorio XIII, como Arzobispo de Lima. Recibió la ordenación sacerdotal y episcopal.
En mayo de 1581 asumió en el Perú.
Recién llegado, convocó el III Concilio de Lima, que publicó un catecismo traducido al quechua y al aymará, fundando además el 1º Seminario en América.
Aprendió diversas lenguas y recorrió humildemente, a pie, varias veces la extensa provincia eclesiástica.
Bautizó y/o Confirmó a cerca de medio millón de personas, entre ellas, a Santa Rosa de Lima, a San Martín de Porres, San Francisco Solano y a San Juan Macías.
Defendió valientemente a los nativos de los abusos de los conquistadores, asumiendo pacientemente las persecuciones que esto le trajo.
Trabajador incansable, decía: “Nuestro gran tesoro es el momento presente. Tenemos que aprovecharlo para ganarnos con él la vida eterna”. Destacó por su caridad, entrega y generosidad.
Murió el 23 de marzo de 1606, y por sus virtudes su proceso de canonización comenzó de inmediato. Fue beatificado en 1679, y canonizado el 10 de diciembre de 1726.
Es el Patrono del Episcopado Hispanoamericano y de la Arquidiócesis de Lima.